lunes, 7 de marzo de 2011

Una triste sonrisa

 Santiago, un día de febrero, todos reunidos en la habitación, el calor hacía su trabajo dejando a cada individuo en sopor. Algunos en silencio, otros mas osados hacían una que otra broma para apaciguar el ambiente, si hubiera tenido una docena de espejos habría revelado el cinismo en sus caras, era imposible ocultar la tristeza bajo esas sonrisas, que sólo servían para no importunar al anfitrión que respondía con humildad a tales gestos de sus visitantes, con una simple y triste sonrisa. 

 Entonces después del golpe de emociones observadas, tantas interrogantes en mi cabeza; todas se resumen a preguntarme hasta el día de hoy, ¿cómo se vive la despedida de un ser amado?

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